Desafiando la existencia 

Reseña del libro: «NON SERVIAM La historia oficial de Rotting Christ» de Sakis Tolis y Dayal Patterson, editado en español por Nelson Varela. Traducción por Erick Neyra

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Reseña por: Juan Sabbath (www.bsabbath.com


En el libro Bienvenidos al Sabbath señalaba que «lo artístico del metal emerge del compromiso con la obra en sí misma y de los esfuerzos que implica su materialización cuando el acto de la música está por encima del afán de lucro o reconocimiento. Lo que tiene de artístico el metal underground es precisamente que, perteneciendo a lo cotidiano—a su apropiación local—, adquirió un carácter universal al margen de los artificios mercadotécnicos». Esas líneas se pueden sintetizar en solo dos palabras tomadas del Latín: NON SERVIAM (no serviré). Dichas palabras son atribuidas al ángel rebelde del Paraíso Perdido cuando afirmó: «mejor reinar en el infierno que servir en el cielo». Infierno que está sobre la tierra: es lo cotidiano, esa lucha solitaria contra el día a día hasta vencer, asumiendo los sacrificios y las renuncias estoicamente. Sin ceder. Hasta reinar en ese infierno llamado realidad. 

Por eso, el título del libro que narra la historia oficial de Rotting Christ no podía ser más preciso: «NON SERVIAM». 

Tomado del nombre de su segunda obra, esa diada latina condensa la rebeldía y coherencia de los hermanos Sakis y Themis Tolis a lo largo de treinta años. 

Resistir a la adversidad es lo que define lo artístico del metal. Y la adversidad tiene muchas formas: la estigmatización que conlleva encarcelamientos y condenas, la precariedad que fortalece, la dureza de situaciones que resultan a la vez hermosas, la capacidad de ser independiente y la creencia firme e inocente en el valor de una obra que lucha por salir del enterramiento en vida que implica el underground

La crónica de esa batalla es lo que se encuentra en el libro «NON SERVIAM la historia oficial de Rotting Christ» editado en el año 2022 por primera vez en español bajo la producción de Nelsón Varela (Sylphorium records) en Colombia. 

El libro es de esos que, una vez iniciada la lectura, son difíciles de soltar, pues el lector queda inmerso en un diálogo entre amigos metaleros. Dayal Patterson del sello Cult Never Dies y coautor del libro, intercala declaraciones y testimonios directos de los cuatro músicos esenciales de Rotting Christ y de sus amigos de toda la vida, generando la sensación de que uno está metido en esas conversaciones. Narran los detalles de la lucha por salir del underground que es común a todos los implicados en este género. Esa lucha se puede hacer de dos maneras: por el camino fácil de venderse a los artificios de la mercadotecnia o el camino difícil de no servir a nadie y comprometerse con la creación libre. Queda claro que Rotting Christ eligió el camino difícil.

En ese sentido, el libro NON SERVIAM es un caso aplicado de los postulados que mencioné en el libro Bienvenidos al Sabbath en torno a la identidad del metal: «La identidad no es un accesorio, no se puede planear, es algo que se lleva por dentro y florece naturalmente; la identidad es espontánea, surge de la ética con que enfrentamos la vida y de la pasión con que asumimos los retos, en este caso, el reto de hacer historia con el arte de la música (…) Si la identidad de una banda es producto de artificios mercadotécnicos, deviene falsa y la postura una estafa. Si la identidad de un metalero es producto de la necesidad de ser aceptado o de la moda, es una postura alienada y vacía». La historia de Rotting Christ implica reconocer la identidad de los hermanos Tolis, su honestidad y entrega, por eso nos sentimos identificados. 

Portada del libro NON SERVIAM versión en español editada  por Sylphorium Records en 2022. 

Esas dimensiones subyacentes a la diversidad circunstancial de cada individuo es lo que define la identidad del metal, es lo que todos compartimos, pues su historia de lucha es una historia que se repite en cada uno de nosotros. Y eso define la ética del metal, como también lo expliqué en Bienvenidos al Sabbath: «Ética es actuar en consecuencia con un derrotero establecido por convicción y no cambiar los ideales o formas de vida según lo que imponen las modas o factores externos (trabajo, relaciones)», es «definir un estilo de vida desde la adolescencia y ser coherente año tras año, eso lo pueden decir y hacer muy pocos». Y dentro de esos pocos están Sakis y Themis Tolis. Esa honestidad es lo que hace tan agradable la historia oficial de Rotting Christ: nos sentimos identificados en las anécdotas, en el afán de aventura, el maltrato de las instituciones, la discriminación en los aeropuertos, las situaciones incomodas por atender o hacer conciertos, en encuentros fortuitos con nuestros dioses humanos, en la hermandad tejida en cartas y, en últimas, en el afán de libertad. 

Monumento a Leonidas en la región de Termópilas (Grecia) donde puede apreciarse el desafío espartano ΜΟΛΩΝ ΛΑΒΕ que daría nombre al sello discográfico de culto en el underground. Foto: Juan Sabbath.

Otro aporte valioso del libro es que nos acerca más a las figuras de Jim Mutilator (Dimitris Patsouris) y Magus Vampyr Daoloth (Georgios Zacharopoulos) que, para quienes vimos el surgimiento de bandas como Rotting Christ, estaban ocultos en el misterio y formaban parte del universo simbólico que sostenía el black metal en los noventa. Además, el libro contiene muchas fotografías de la época y la posibilidad de ver por primera vez a estos cuatro músicos reunidos de nuevo, recorriendo los lugares que frecuentaban en el cambio de década a finales de los ochenta. 

Explorar el pasado en las hojas del libro NON SERVIAM me hizo recordar que a finales del año 2014 emprendí un viaje desde Colombia directamente a Grecia. Era la segunda vez que salía del país (la primera fue a Inglaterra por motivos similares) con el fin de sentir las atmósferas y recorrer los lugares de las bandas que gestaron el sonido griego. Visité una escultura en homenaje al grito de guerra «ΜΟΛΩΝ ΛΑΒΕ» ¡ven y tómalas!, esa desafiante respuesta de los espartanos cuando se les exigió la entrega de sus armas en la batalla de las Termópilas y que luego se convertiría en el nombre de un sello de culto que manejarían los hermanos Tolis

Al igual que se narra en el libro de Rotting Christ, cuatro años antes recorrí la plaza Exarcheia en busca del local de discos y del sello que tomó por nombre ese grito de batalla (Μολών Λαβέ) en inglés «Molon Lave» y del cual poseo varios 7 pulgadas. Evidentemente, fue en vano. Sin embargo, en el recorrido descubrí que Rotting Christ se presentaría el 27 de diciembre para celebrar los treinta años de la Metal Hammer griega y que lo haría junto a legendarias figuras de la primera ola del metal helénico. Ha sido una de las sorpresas más impactantes de mi vida. Pero más interesante para ustedes es hacer ese recorrido de la mano de los mismísimos creadores del sonido griego y todas sus historias narradas en el libro NON SERVIAM, lectura que es de carácter obligatorio para cualquier amante del black metal.

Juan Sabbath. Bogotá, 5 de mayo de 2024


Libro NON SERVIAM La historia oficial de Rotting Christ disponible aquí: Sylphorium Records

Últimas copias disponibles del libro Bienvenidos al Sabbath aquí.

Página 93 del libro NON SERVIAM con Sakis Tolis y Dimitris Patsouris en la entrada de lo que fue la discotienda y sello disquero de culto MOLON LAVE records. 

Afiche que anuncia el evento Rotting Christ and friends en la celebración de los 30 años de la Metal Hammer griega el 27 de diciembre de 2014. Foto: Juan Sabbath (aparece en el reflejo).

Página 23 del libro NON SERVIAM con la foto de la plaza Exarcheia de 2018. Recorrí la plaza cuatro años antes en busca del legendario sello Molon Lave y lo que encontré fue el anuncio de un gran concierto. 

Detalle del 7 pulgadas de Darkest Oath editado por el sello Molon Lave Records de mi colección personal. Foto: Juan Sabbath.

En 2014, visitando la tierra del culto griego. Templo de Zeus . Foto: Juan Sabbath.

Necromayhem (Sakis Tolis), fundador y alma de Rotting Christ y Juan Sabbath sosteniendo el  7 pulgadas Dawn of the Iconoclast de la Decapitated Records (1992). Colección personal.  Foto: José Muñoz.